A partir de fragmentos dispersos
MUSAC de León (Proyecto Vitrinas)
Septiembre 2017 - Enero 2018
Comisariado: Kristine Guzmán
Equipo de producción: Sara Miguélez, Jesús Agreda y Basilio Gutiérrez.
En colaboración con el curso de TEXTIL de la Escuela de Artes y Oficios de León (Carmen Moro, Sonja María García, Cristina Fernández, Salomé González, Tamara González y Conchita Martín)
Septiembre 2017 - Enero 2018
Comisariado: Kristine Guzmán
Equipo de producción: Sara Miguélez, Jesús Agreda y Basilio Gutiérrez.
En colaboración con el curso de TEXTIL de la Escuela de Artes y Oficios de León (Carmen Moro, Sonja María García, Cristina Fernández, Salomé González, Tamara González y Conchita Martín)
En este quinto proyecto de la serie Arte y Arquitectura el MUSAC presenta un trabajo que por primera vez se centra en la provincia de León. A partir de fragmentos dispersos es una investigación artística de Susana Velasco en torno al habitar, el construir, y la cultura tradicional y comunitaria en el contexto leonés que desborda su mero interés etnográfico.
La arquitecta Susana Velasco investiga en torno al cuerpo, el paisaje y el papel mediador de la arquitectura, que es afectada, de una parte, por los cuerpos que la construyen y habitan y, de otra, por el territorio en el que se asienta, ocupando así un lugar intersticial que hace visible la profunda interdependencia de todo aquello que nos rodea y conforma. Esta instalación recoge y sintetiza algunos elementos de un estudio previo mayor centrado en las figuras arquitectónicas de la cabaña, la cámara escópica y la trinchera. Espacios que pueden entenderse a la vez como tres tipos de observatorio para la contemplación pero que también operan tejiendo redes o abriendo agujeros habitables en el entorno en el que se insertan. En ellos las formas materiales que nos rodean se engarzan con lo inmaterial al abrir una conversación en torno a lo común, lo sagrado o lo salvaje. Su investigación trata de mostrar cómo la arquitectura ocupa una zona intermedia donde los humanos y los no-humanos nos hallamos entrelazados: lugares donde cuerpos, paisaje y objetos trazan alianzas e intercambios. En el proceso de trabajo se han realizado varios viajes por León en busca de formas de arquitectura popular, elementos rituales y artefactos campesinos que sugieran una sensibilidad común con potencia de ser compartida. La instalación en el Proyecto Vitrinas se ha organizado en tres componentes: una arquitectura, una colección de objetos y un paisaje. El ejercicio de arquitectura está formado por una reunión de pequeños espacios habitables, donde piezas ya existentes como un antiguo telar, se ensamblan con otras partes, con el fin de reformular ciertas formas y gestos de las artes tradicionales. Se ha trabajado con materiales orgánicos como la masa de pan, la cera de abeja o las tripas hinchadas de los animales, que tienen la capacidad de sintetizar un territorio y ponerlo al alcance de nuestras manos. En las vitrinas se recogen las otras dos escalas: objetos y paisaje. Una vitrina muestra piezas procedentes de distintos ritos y prácticas populares como trampas de pesca, exvotos, relicarios, etc., mientras que la otra vitrina se abre a la escala del paisaje, con lienzos de tela que recogen enclaves señalados de la montaña cantábrica, haciendo del hall del museo un pasaje interior que desde la entrada vuelve a abrirse hacia los límites orográficos d el territorio físico en el que el MUSAC se inscribe. El conjunto de la instalación es en resumen una trama tectónica que compone una zona intermedia donde convergen tanto los tiempos pasados y futuros como las escalas de lo inmenso y de lo cercano. La constelación de formas recoge también el eco de filandones, donde se tejía e hilaba colectivamente la lana; y de concejos abiertos, mediante los cuáles las comunidades se auto-organizaban. Con estas referencias la instalación trata de mostrar que no hay tanto una comunidad que preexista, sino espacios donde lo común se pone en circulación, situando así el foco en la variable espacial, mostrando que las herramientas de la arquitectura pueden volverse disponibles para cualquiera. El título de la obra surge de una conversación entre Amador Fernández-Savater y Jacques Rancière en la que abordaban los modos y formas de tejer vínculos sociopolíticos en torno a la pregunta ¿cómo hacer hoy un pueblo a partir de fragmentos dispersos? Susana Velasco ha dejado abierta la primera parte de la enunciación, invitándonos precisamente a observar los fragmentos y lo que queda, de cualquier cosa, para comenzar acaso desde ahí a prefigurar algo nuevo. La autora ha colaborado con distintas instituciones y colectivos: reinscribiendo algunas piezas de la colección del Museo Etnográfico Provincial y del archivo de la Fundación Sierra Pambley; colaborando con las alumnas de la Escuela de Artes y Oficios de León (e incorporando a la instalación su telar de alto lizo); como asistente a la recreación de un concejo abierto en Pedrún de Torío; participando en los zafarrones de las festividades de invierno en Riello; o recuperando la antigua figura de la jirafa de las mascaradas de Villalfeide; además de los muchos encuentros con habitantes y apasionados de su tierra que han hecho que este proyecto se haya ido volviendo una búsqueda compartida. |