Cada verano, junto a las cumbres del Pirineo francés, el pequeño pueblo de Germ y el espacio Chez Lily acogen unos encuentros en torno a la comunalidad. Con dicho motivo y lo largo de este año fui elaborando una investigación sobre las arquitecturas-cuerpo que pueblan este paisaje. Ya en julio, en medio de la pandemia, abrimos un tiempo de encuentro que nos apareció como un pequeño oasis. En esos días este trabajo tomó la forma de tres intervenciones: un paseo comentado por las calles, una conversación en torno a planos antiguos y una acción escénica en la montaña. Agarramos las distintas escalas del cuerpo, la arquitectura y el paisaje, valiéndonos de formas de mediación como la acción escénica o los planos. Marchamos sobre la fuerza del territorio desde el pequeño pueblo hasta "su parte" de montaña. Amasamos pan y lo transformamos en un disco solar al ocaso. En asamblea sacamos a la luz del día las hermosas planimetrías históricas archivadas en el ayuntamiento. Allí en un prao y entre montañas desplegamos estas grafías llenas de detalles, marcas y topónimos en lengua occitana. Y siguiendo la pista a las parcelas que lograron mantenerse como comunales a pesar de las privatizaciones de 1830 fuimos tejiendo una conversación que atravesaba escalas y cuerpos para poder explicar la vida de este pueblo... mostrándonos como algo de eso es precisamente lo colectivo... un pasaje entre formas distintas y distantes... la trama de la vida.
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